Déjame adivinar: Te gusta Seúl por sus chicos y chicas. Te gusta Seúl porque piensas que todos son un amor. Te gusta Seúl por su moda. Te gusta Seúl por su arquitectura. Te gusta Seúl por su tecnología. Dime ¿Me falto algo más? Yo creo que no.

A la mayoría de las personas les encanta Seúl por esas cosas, especialmente por los que viven ahí, porque seamos sinceros, lo que más llama la atención son los habitantes de ahí. Pero ¿Todo lo que te dicen sobre Seúl es cierto? Déjame decirte que no, todo es mentira, lo único que sí es cierto es la moda, la arquitectura y lo tecnológico que puede llegar a ser esa ciudad, pero las personas, por favor, ninguno son santos, ni siquiera los adultos. Vamos, uno se cree eso aquellas cosas de que los chicos son un dulce de fresa que por más duro que se vean son todo un amor. O por aquellas chicas que pueden estar a la moda pero que no se creen superiores a otras. Pero no, todo eso es solo en los dramas. Te diré la verdad: los que dominan Seúl son jóvenes, y no son para nada tranquilos. Pasando todas las noches en clubes exclusivos, con los coches deportivos más lujosos que pueden haber y viviendo en los apartamentos más lujosos que puedan tener gracias a sus padres o por sus propios medios. Estos chicos viven su vida a su manera sin pensar siquiera en las consecuencias que esto pueda traer. Son caprichosos, mal agradecidos, y los pocos que si piensan en su futuro son rechazados por la mayoría. Él amor no existe y las hormonas son los que los dominan, llegando a tener la mayor parte del tiempo consecuencias graves.

Seúl podrá ser una ciudad brillante, pero lo que tiene por dentro es pura oscuridad. Los dramas mienten, amigo mío. Nada de los romances que tu vez son reales, son puras ilusiones. Es un medio para atraer a las personas y aumentar el turismo. Porque querido, no todo es lo que ves en la televisión.